Y recién hoy, me vengo a dar cuenta.

Debió ser una mezcla de: mis ganas de experimentar, la fecha, el día, mis ánimos y mi pasado, lo que me llevaron a estar en esa nueva situación, totalmente desconocida de todas las anteriores. Considerando que yo siempre había sido desconfiada, escurridisa y cautelosa, es inexplicable el desarrollo de los hechos. Pero nadie va a borrar lo que esta escrito en el libro de la vida diaria, y yo no voy a ser tan absurda de tratar de negarlo, tampoco lo voy a ignorar, los errores al fin y al cabo son la mejor enseñanza.Y si bien no me comporte como tal que soy, aparecieron muchas otras cosas. Ese orgullo puro, esa frialdad, esa... desvaloración. Desvaloré cada una de sus respuestas, si es un loco de atar, que la ame a ella, pero que no me ate a mi a su locura. Supongo que fue la ficha, como cayó, y lo sola que me encontraba, lo que me llevó a que me importe tan poco. Pensar que me va a pasar constantemente por el resto de mi vida, y que aprendí a pararme desde la primer caída, es el punto optimista que encontré. Y eso que yo, no soy optimista. Y la reflexión que me queda es que cada persona tiene su cuchillo, y solo después de conocerla, descubris si lo tiene para lastimarte, o para liberarte, hay que arriesgarse, para saber.

Seguidores