Cuando ya no importe



Cuando ya no importe, no querré recordar, entonces no se gaste, ni si quiera intente tratar de hablarme. Todos mis secretos, pudo conocer, todos mis recuerdos, apuntan a usted.
Descifraste mis sentimientos, y consolaste a mi alma con solo un par de miradas, cuando a todos les costaba horas y horas de charlas.
No hay más páginas que hablen de nuestra historia, esta es la última hoja, los últimos rastros de mi memoria.
Porque simplemente, ya no me importas.


Paint by: Lula y Lucy

Magno

Podía escuchar los pasos de los caballos, los gritos del dolor, las espadas cortando, mis amigos cayendo.

Nunca me gustaron las guerras, pero mi sangre recorría mis venas ardiendo, quería morir, pero no sin antes sentir el placer de la venganza.

Entonces la vi, resurgía de entre distintos matices rojos. No miré atrás, no tuve que pensarlo más de dos veces. Mejor morir en el intento que vivir con la humillación de nunca haberlo intentado.

Alcé mi espada y me dirigí directo a ella.

Cerré los ojos cuando era casi inexistente la distancia entre mi espada y su torso.

Entonces sentí su mano en mi cuello, me alzó hasta la altura de sus ojos y pude ver la muerte en su mirada. Sentí el miedo recorriendo mi cuerpo.

Mi caballo enloqueció. Golpeé el suelo.

Cuando abrí los ojos, escuché la retirada de mi ejército y la victoria de los contrarios.

Estaba preparada para morir, poco a poco.

Cuando escuché el sonido de su voz.

Para ella


Y me da bronca que lo único que te importe seas vos, y tus problemas, y tu vida y tu todo. Te recuerdo que también existo, que también tengo mis problemas, y si por si no te diste cuenta, por si no te fue muy obvio, no estoy bien.
Los problemas no se solucionan hablando desde un punto de superioridad. Si te importa lo que me pasa, si queres que te explique, no me vengas hablar con la idea de que estás un escalón más arriba, veni con la mente abierta a escuchar porque me parece mal. Y si te vas a parar encima de un banco, no hables como ‘ la pobrecita’ que ni tuvo opción y que por lo tanto tiene razón.
A veces estaría bueno que aceptarás que no pedís las cosas desde un punto por bien común, si no por lo que te conviene a vos, por lo que te interesa.
Y no, yo no lloro porque me de tristeza, siempre fue así, pero no puedo evitar la impotencia de saber que yo encima de que te estoy compartiendo algo que es mío, vos me tratas mal, como se te canta. Me da impotencia saber que no sos capaz de desde el lugar una amiga, vos siempre tenes que ser más. Me da impotencia hacerte favores, que no sepas devolverlos, ni por motus propio, ni aunque te lo pida, y sobretodo, que tampoco sos capaz de decir gracias.

Seguidores