Tu propia prisión

Cierra tus ojos.
Ahora escucha con atención. ¿También oyes esas voces?
Pretenden conocerte más de lo que vos te conoces.
Pretenden saber que es lo que tienes que hacer.
Pretenden que su verdad sea más real.

No los abras.
Concentráte. ¿También lo sientes?
Es como una danza,
De agujas por tu cuerpo,
que siguen el sonido de sus labios,
mientras la sangre se desliza.
Mientras pretenden curarte.

No llores.
No dejes que tus lágrimas caigan. ¿También te sientes solo?
Cómo si nadie puediera verte,
Cómo si estuvieras encerrado tras barreras,
Cómo si quisieras, pero no pudieras.

Abrelos.
Las personas están tras la celda. ¿Vas a unirte?
Diciéndo lo que piensas,
Siendo como eres sin cambiar,
Y haciendo que cada paso,
Arme tu propio camino.

Levántate.
Camina hasta la puerta. ¿Tienes llave?
No es más que tu propia mano
Derriba la barrera
Se libre de tu propia prisión
Y muestrale a todos
De lo que eres capaz.