caminé por la ladera
con mis piernas
temblando

iba cargando con tu imagen
como quien lleva piedras
en los bolsillos

y sin atreverme a tirarla
ella sola se escondió
en el agua.

el reflejo
no me devolvió
tu rostro.

cuántas lágrimas
empleadas en acunar
un recuerdo que siempre
estuvo en ruinas.

caminé por la ladera
de tu columna
y el paso lento de las rodillas
cansadas
se hizo seguro

te replegaste
y tu huida
fue mediocre
el lago lleno
de agua estancada

y no
te perdono nada
porque todavía
no pude olvidar

por eso camino
para manejar otras lenguas
que no te hayan pronunciado
para que los labios
no me pesen

y mi paso es lento
voy desgajando las heridas
para que en mi espalda
nazca un templo
que siempre me esté atravesando

para que mis ojos
aprendan del río
que sólo está de paso.

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