Le tengo miedo al silencio, a lo mucho que pesan las palabras cuando no logramos pronunciarlas.
Le tengo miedo a tu silencio, a las letras escondidas, el cadáver de un abecedario envuelto en las trampas del cuerpo.
La piel me ha susurrado que no conseguiré olvidarte. Me lo han dicho mis manos cuando decidí irme y el frío inundó el cuarto.
Me iré sola. Tu recuerdo ya está manchado.
Quizás nada debería trascender. Toda conversación debería morir en el último poema compartido, todo encuentro debería dejar de sucederse después del mejor orgasmo.
Lo digo desde este rincón que me he reservado:
                   prefiero tu ausencia
                     o tu muerte
que tu presencia desganada,
que tu tiempo putrefacto.

Dejaré caer todas las hojas.
Ya no le daré la vuelta al poema,
ni para reivindicarte,
ni para herirte.

Poco a poco regresaré a mi casa. Lejos de los huecos de la espera.

Aprenderé a vivir con este silencio, tan tuyo.

No hay comentarios:

Seguidores