Ahora

Hasta que pude tocar
tu verdad
que no es otra
que la mía
los pasillos me parecían
turbios
y la realidad andaba
como carente
de tinta.

Hasta que pude tocar
de nuevo los sitios
donde amé y tuve
esperanza
me anduve preguntando
la diferencia entre
lo vivido, lo soñado
lo necesitado
y descubrí que tenemos
siempre
una manera muy poco oportuna
de recordar las
cosas.

Pero ahora
que ya toqué
reviví
y volví a soñar
con nuestra
verdad
ahora sé
que los pasillos
son oscuros
sé que los finales
son necesarios
a veces
más de lo que nos
gusta estar solos.

Y lejos de
apagarme
saber me impulsa
por los pasillos
contra las tintas desgastadas
y me siento libre
y puedo tocar.

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