Alunada

Me salió un lunar en el corazón. Por favor no te rías. Me tiene preocupada, sobre todo porque es el tipo de cosas que uno podría dejar pasar sencillamente, ya que no tiene por qué ser necesariamente malo. El problema es que me incomoda, muchísimo. Sobre todo porque sé que hay poca, pero hay, gente que lo puede ver. Gente… más bien vos. Y el tema con los lunares en el corazón es que son una cosa muy personal, y ya cuando lo podés ver es como quien sabe que algo horrible está pasando, no puede no hacerse responsable. No te digo que vos deberías hacer algo al respecto, pero si deberías dejar de hacer muchas cosas. Es este tema tan recurrente, del hilo desenredado y la bola de estambre, lo que hablábamos el otro día. Es un tema tan complejo… pero sobre todo triste. Sentí como se abría paso el lunar entre los tejidos para hacer su aparición a medida que íbamos adentrándonos más en el asunto. A decir verdad, muchas veces sentí que esto estaba por ocurrir, me gusta pensar a veces que el lunar no sale, sino que uno lo pone ahí. Tiene un poco de eso también igual, ojo. Lo que no soporto de mí es querer que te hagas cargo de algo. No cualquier cosa, es decir, me parece un reclamo válido. Es algo que entendés. La mayoría de la gente no toma conciencia de las órbitas. Se pasan la vida girando en círculos, y creando aproximaciones ilusas, realmente nunca toman conciencia de que es imposible que dos órbitas se unan. Con suerte, quizás, rozen. Muchos se mueren pensando que conocieron a la persona que tenían al lado, muchos se mueren sin saber nada de ellos mismos. Y yo sé cuando te miro a los ojos que esto te angustia de igual forma. Hasta qué punto estamos sometidos a las ilusiones y sabemos realmente, comprendemos realmente en qué andamos metidos. Hasta qué punto no somos la mera imaginación de algo o alguien, hasta qué punto no somos un  mero producto de, hasta qué punto podemos huir de eso. Y el punto es el lunar, este maldito lunar en el pecho que lo llevamos a todas partes. Y vos también tenés uno, y no te hacés cargo. ¡Cada cosa haces para ocultarlo! Me sacás de mis cabales, ¡tanto charla sobre hilos desenredados, bolas de estambre! ¿Para qué? Todo, todo es así porque no podés, porque tenés miedo. Tengo filas y filas de patrones en mi mente, que me acorralan en un hueco y me asfixian. Y vos tenés años y años de mentiras que ya no podés, no sabés vivir sin eso. Decime qué sentido tiene todo esto, decime dónde guardaste lo genuino de vos. “En el lunar” Yo sabía. Por eso insistía en que sacaras todo de adentro, porque el cariño se pudre y las cosas se mueren. Y cuando vayas a buscarte ya va a ser demasiado tarde. Van a haber muy pocos hilos desenredados y demasiadas bolas de estambre.

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