El gran juego de mi vida.

Todo estaba negro, y el aire era frío. A mi alrededor no había nada, solo un vacío enorme, no había vida alguna, ni objetos, a excepción de una pantalla blanca y destellante, que consumida por la negrura del lugar, proyectaba imágenes. Para mí pasaron horas, pero no debieron pasar más que segundos, cuando me di cuenta que esas imágenes las creaba mi mente. Entonces empecé a prestar más atención, pero simplemente no las entendía. Apenas podía divisarlas a causa de los manchones negros que tenía la proyección, lo que me confundía y enredaba eran las acciones de la chica. Estaba buscando algo, cuando en vez de buscarlo, tenía que dejarlo salir…
Entonces, todo encajó. Lo que estaba viendo era mi vida, los cambios que había tenido esta, que a decir verdad, eran bastantes.
Esta vez, cuando inspiré profundo, sentí algo que nunca había sentido, o que siempre había ignorado. Sentí algo que estaba allí aguardando a salir hace tiempo. Algo que salió y puso frente a mis ojos. Y solo entonces, pude entender que...
Yo nunca había sido lo que yo quería ser. Pocas de las cosas que había echo las había disfrutado. Toda la raíz de mis problemas se basaba en eso, siempre me hicieron ver el sol, cuando lo que yo quería ver era la luna.
Definitivamente, nunca había vivido, no se puede vivir cuando no se siente, no se puede estar, cuando se está ausente. Pero ya no más, ahora, nada me lo va a impedir, acá empiezo a jugar, el gran juego de mi vida. A partir de ahora, empiezo a vivir.

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