Compañera,
no me desandes.
Vengo de escarbar la tierra
y el barro me tiene hundida
en su vasta complejidad.

Compañera,
no me desandes.
Llego completa de fantasmas,
llena y desarmada.

En la calle circulan los gritos de los cuerpos que buscan almas,
entre tanto vacío
tiemblo.

Compañera,
no me desandes,
estoy desde siempre,
tenés que saber que antes
y después del tiempo
yo ya salí a buscarte.

Cuesta escuchar
las miserias de una voz
las sombras de las palabras
que se arrastran.
Ellas nacen de mi pecho
que deglute sin procesar
que saborea sin saber.

Compañera,
no hay señal
solo silencio.

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